Cuando transitamos por la vida, hay puntos en los que vemos muchas señales con diferentes direcciones. Nos detenemos y preguntamos ...Por dónde debo ir? Creo que lo infalible es seguir lo que te dicta el corazón, aunque muchas veces en nuestras reflecciones pensamos que debemos ir por lo que dictamina la mente.
Para mí no funciona, mi corazón es mi mente, porque allí llevo todo lo que he vivido. Allí se aloja la felicidad, la armonía, la nostalgia, la pasión, el dolor, la alegría, la lucidez, la locura, etc,etc,etc. En ese contenedor habitan sentimientos viscerales que nos impulsan a lanzarnos sin paracaídas. Aunque busco un equilibrio entre ambos, siempre mi corazón es mi mejor consejero.
